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La increíble paradoja del sol. ¡Nos protege contra el cáncer!

por en Cáncer, Somos Orgánica Somos Salud 16 de enero de 2020

Ahora que han llegado ya los días de sol, es usual el uso de sombrero, gafas de sol, manga larga, bloqueador total en las zonas de piel que pese a todo queden expuestas o estar a la sombra e incluso en casa desde las 12 del mediodía a las 4 de la tarde… así es como creemos que nos estamos protegiendo contra el cáncer de piel.

Aunque muchas de estas recomendaciones ayudan a evitar la quemadura del sol por exceso de exposición, está basada lastimosamente en su satanización, que al final no solamente va a arruinar el placer de disfrutar del sol, sino que también es muy mala para la salud en general.

Pero los supuestos expertos en el tema en el Perú, no mencionan mucho sobre la importancia de la protección interna frente a la radiación solar. Por ello, se debe de aconsejar a las personas que aumenten el consumo de vegetales frescos ricos en antioxidantes que ayuden al sistema inmunológico a la recuperación del ADN dañado, como la astaxantina, y el consumo de omega 3 a alta dosis como antinflamatorio y reparador de la piel dañada. La piel en el verano se deshidrata más, por eso es muy importante consumir más agua y no solo limitarse a la protección externa. Cuando se sabe que es la quemadura solar el factor relacionado al cáncer de piel y no el simple hecho de exponerse al sol.

Se habla mucho del cáncer de piel porque, desde 1945, su incidencia se ha ido duplicando cada diez años.

Según el último de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), Globocan 2018, en Perú se registran al año 3 mil 500 nuevos casos de cáncer de piel y más de 700 personas fallecen a causa de la enfermedad.

A nivel mundial ha aumentado la incidencia de cáncer de piel y el Perú no es la excepción. Pero también paradójicamente ha aumentado en los últimos años el uso de los bloqueadores solares cada vez con mayor factor de protección. ¿Algo está mal en esta fórmula? No le parece.

Pero se sabe que el estrés, el sedentarismo, el sobrepeso, el alcohol y el tabaco son las principales causas de las enfermedades del corazón y del cáncer en general, así que: si el cáncer de piel le preocupa; si renuncia a hacer alguna actividad al aire libre para evitarlo; o peor aún, si se queda en casa y al hacerlo le entran ganas de comer porquerías para pasar el rato, de tomarse un trago o fumar un cigarrillo mientras espera a que llegue la hora de poder salir al exterior con total garantía, se está equivocando

Es mucho más importante que se centre en disminuir el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca o un cáncer de cualquier tipo, y no solo limitarse en la prevención del cáncer de piel.


LA MAYORÍA DE LOS “CÁNCERES” DE PIEL NO SON MORTALES

Según el Registro de Cáncer de Lima Metropolitana, la tasa de incidencia de cáncer de piel por grupo de edades en el periodo 2004 – 2005, los casos reportados para ambos sexos fue el carcinoma basocelular con un total de 2333, predominando en los grupos etarios correspondientes a 65 y 75años representando a 75% y en segundo lugar el carcinoma epidermoide con un total de 565 predominando en los 70 y 80 años de edad representando a 25% y como tercer lugar el melanoma maligno con un total de 333, predominando entre los 65 y 80 años de edad representando un 12%.

El cáncer de piel, al igual que todos los demás tipos de cáncer, debe tomarse muy en serio. Eso quiere decir que es importante consultar con un médico cuando observe una mancha o un bulto extraño en la piel y, en especial, cuando una herida no cicatrice bien, o cuando tenga un granito o una costra que no termina de desaparecer y que va cambiando de aspecto.

Pero es importante la distinción entre unos y otro tipo de cáncer de piel, si es un Carcinoma o es un Melanoma. ya que los carcinomas se pueden curar y la mayoría ni siquiera son peligrosos. Se denominan carcinomas basocelulares y epidermoides.

Este tipo de cáncer es el que tiene mayor incidencia en el Perú y en el Mundo. El 88% de los casos son Carcinomas, dicho de otra manera, No Melanoma, y el 80% se presenta en la cabeza y cuello.

Los carcinomas basocelulares

La inmensa mayoría de los carcinomas, los basocelulares, no nos pueden matar.

Esta clase de carcinoma se suele desarrollar en una superficie de la piel que esté expuesta al sol, como las aletas de la nariz, los párpados o el cuello, generalmente en las personas mayores (más de 75 años).

La primera señal normalmente es un pequeño punto abultado de color rojo, rosa o nácar que aparece sobre una piel en principio normal. Evoluciona muy despacio y nunca produce metástasis. No mata, es tan simple como eso. En cambio, si no se trata, seguirá creciendo de forma local y puede provocar daños en la piel que se encuentra alrededor. Por ejemplo, un carcinoma basocelular en la cara puede corroer y dañar la nariz o la oreja.

Por tanto, cualquier lesión o bulto en la piel que resulte sospechoso debe ser examinado por el médico.

Para eliminar los carcinomas basocelulares no siempre es necesario recurrir a la cirugía (por mucho que parece que se haya convertido en el tratamiento de elección). De hecho, lo más recomendable es la radioterapia de contacto y recibir entre una y tres sesiones de electroterapia; así se consigue curarlo sin dejar cicatriz.

Esta clase de carcinomas representa el 80% de los casos. El 20% restante son más agresivos y se denominan carcinomas espinocelulares.

Los carcinomas espinocelulares

El 20% de los carcinomas son espinocelulares. Esta clase de carcinoma se desarrolla generalmente en la cara, con mayor frecuencia en la zona de la oreja o los labios. No obstante, cualquier zona de la piel puede verse afectada.

Primero suele aparecer una pequeña costra o área descamada de un tono rojo o rosado que puede transformarse en un tumor parecido a una verruga. Un carcinoma espinocelular puede formar una herida supurante (úlcera) o sangrar periódicamente, por lo que es necesario tratarlo porque, de no hacerlo, puede llegar a extenderse a los tejidos subyacentes y desfigurar al paciente.

Pero que no cunda el pánico. La mayoría de los casos (prácticamente el 100%) se puede curar con una intervención sencilla. Aunque si usted se enfrenta al diagnóstico de un carcinoma espinocelular puede plantearse la radioterapia, que no deja cicatrices, sino sólo esa zona de la piel ligeramente despigmentada.

De ahí la importancia de acudir al médico si observa cualquier cosa extraña en la piel.

Al igual que para el carcinoma basocelular, el tratamiento se realizará mediante una sencilla anestesia local, sin producir dolor, así que con un poco de cuidado y sentido común no se morirá de un carcinoma.

La tercera categoría de cáncer de piel es la menos común, y la que realmente hay que temer: el melanoma.

El Melanoma

De toda la familia de los cánceres de piel, éste sí que es mortal.

El melanoma es un cáncer de las células que fabrican los pigmentos que nos broncean (los melanocitos, lo que significa literalmente “células que fabrican el negro”, del griego “mélanos”-negro- y “cito” –célula-).

Suele aparecer en una zona de la piel perfectamente sana y va creciendo de manera progresiva, adquiriendo la forma de una pequeña mancha pigmentada, en el 15-20% de los casos a partir de un simple lunar.

Sin embargo, una minoría de los melanomas (entre el 15 y el 20%) se detectan demasiado tarde, cuando ya se ha producido una metástasis que ni siquiera la quimioterapia puede curar y, como consecuencia, el paciente fallece.


EL VERDADERO PAPEL QUE DESEMPEÑA EL SOL EN LOS MELANOMAS

Como ocurre con todas las enfermedades graves, existen múltiples factores que intervienen a la hora de trastocar el sistema inmunitario y provocar cáncer: la alimentación, las toxinas, el estrés, dormir mal, etc.

También hay factores relacionados con el entorno y, entre ellos, no cabe duda de que las quemaduras por el sol son una causa conocida de los melanomas, sobre todo en el caso de los niños que se exponen de forma reiterada y sin dejar que la piel tenga tiempo de prepararse.

En cualquier caso, también la revista médica The Lancet publicó en 2004 una información crucial de la que apenas se hicieron eco ni los grandes medios de comunicación ni las autoridades sanitarias, por miedo quizá a confundir con el mensaje al público.

Esa información clave era que el melanoma, al contrario que los carcinomas, es menos habitual… ¡en las personas que toman el sol con frecuencia!

Permítame que lo repita porque es muy importante y debe quedar claro: sí, el sol provoca melanoma cuando se toma demasiado seguido y no se está acostumbrado; pero, por otra parte, una exposición regular al sol, sin excesos, reduce el riesgo de sufrirlo.

Esto explicaría el porqué de las personas que trabajan en una oficina padecen más melanomas que las que trabajan al aire libre.

Cabe señalar además que el melanoma no necesariamente aparece en las zonas de la piel expuestas al sol. Curiosamente se presentan, generalmente, en áreas cubiertas de la piel como el tórax, plantas de los pies, palmas de las manos, lecho ungueal, también en otras partes del cuerpo como ojos, boca y genitales. El más frecuente en nuestro país es el Melanoma Acral que se presenta en la planta del pie y palma de la mano.

Esta información ha sido confirmada por el British Medical Journal, que explica que el factor sol, indiscutible en el caso de los carcinomas, no ha sido identificado como una de las causas principales del melanoma maligno.


EL SOL PUEDE REDUCIR A LA MITAD EL RIESGO DE MUERTE

Más de 200 estudios epidemiológicos han confirmado el vínculo que existe entre la falta de vitamina D y el riesgo de cáncer.

Según un estudio del doctor William Grant, experto internacional en vitamina D, el 30% de las muertes por cáncer podrían evitarse gracias a unos mayores aportes de vitamina D, lo que supondría 2 millones de vidas salvadas al año a nivel mundial.

El doctor Cédric Garland, de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), especialista que lleva 30 años estudiando la vitamina D, afirma que cada año se podrían evitar 600.000 casos de cáncer de mama y colon en todo el mundo gracias a una ingesta mayor de vitamina D.

Optimizar nuestro nivel de vitamina D podría ayudar a evitar 16 tipos de cáncer, entre ellos los más peligrosos, que son el de páncreas y el de pulmón.

Un estudio a gran escala aleatorizado y controlado con placebo ha demostrado que la vitamina D asociada con el calcio puede disminuir el riesgo global de cáncer hasta un 60% en las mujeres después de la menopausia.

Y las mujeres de piel clara que toman mucho sol a largo plazo tienen menos riesgo de desarrollar un cáncer de mama invasivo, que se extienda más allá del seno, según un estudio del American Journal of Epidemiology.

Como sabe, el sol es la mejor fuente de vitamina D. Usted solito puede producir con total garantía 20.000 UI de vitamina D al día si toma el sol sobre dos tercios de la supericie de la piel, por ejemplo, en tres sesiones de 20 minutos cada una.

20.000 UI es muchísimo; es cien veces más que las 200 UI fijadas como dosis diaria recomendada por las autoridades europeas. Y en ningún caso se está arriesgando a sufrir una sobredosis, ya que su cuerpo regula de forma natural la producción de vitamina D por la influencia del sol de manera que nunca llegue a unos niveles peligrosos.

Pero las buenas noticias referentes al sol no se quedan ahí.

Los investigadores han descubierto recientemente otro beneficio más: al tomar el sol, el nivel de óxido nítrico en la sangre aumenta. Eso conlleva una disminución de la presión arterial. Según Richard Weller, investigador especializado en dermatología que ha estudiado los efectos del sol en la salud, éste podría ser un medio eficaz para luchar contra la hipertensión.

Como es evidente, estos efectos beneficiosos del sol no tendrán lugar si se encurte con crema solar, tal como se recomienda de manera oficial.

Lo que hace falta es ponerse al sol veinte minutos como máximo cuando no pegue mucho, es decir, evitando las horas de mayor radiación.

Para preparar la piel puede tomar un suplemento alimenticio de astaxantina, un antioxidante protector de color rojo, o extracto de algas. Si llegara a quemarse (algo que hay que evitar a toda costa), aplique sobre la piel una crema de aloe vera.

Además, y sin que sepamos realmente por qué, el sol tiene un efecto analgésico y mejora considerablemente el ánimo.

Pero por encima de todo, aproveche los bonitos días que están por llegar para abastecerse de vitamina D y óxido nítrico.

Disfrute así de los días en los que brilla el sol y un inmenso cielo azul se extiende por encima de su cabeza. Si ve que tiene en la piel alguna herida o bulto de aspecto preocupante que va creciendo, naturalmente acuda al médico. Pero no se vuelva paranoico: si aprovecha los días soleados, reducirá el riesgo de todas las enfermedades (sobre todo cáncer y enfermedades del corazón, pero también osteoporosis, esclerosis múltiple y depresión), mucho más de lo que incrementará su riesgo de morir de cáncer de piel.

Y esto es una realidad, siempre y cuando no se queme.

Dr. Edward Peralta R.

CMP 34362

 

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