SIETE CARACTERÍSTICAS COMÚNES DEL CÁNCER que serían de utilidad en todo tratamiento anti-cáncer
Dr. Edward Peralta R.
El tumor neoplásico cancerígeno es como un embrión aberrante que de alguna manera logra convencer al sistema inmunológico y al organismo en general que debe ponerse a su servicio para asegurar su crecimiento, interpretándolo como la formación de una nueva vida, aunque al final este hecho le cueste la vida del huésped.
Estas son las siete características de toda célula cancerígena que debería de ser explotada de manera terapéutica en cualquier tipo de cáncer, pero por motivos comerciales propio de un sistema corrupto que antepone la riqueza en vez que la salud, no se aprovechan como debe de ser en el tratamiento oncológico convencional.
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Obtienen su energía básicamente mediante la fermentación de la glucosa (por daño mitocondrial).
Normalmente una célula sana obtiene su energía mediante el proceso de oxidación de la glucosa que se da a nivel mitocondrial (Respiración oxidativa) y solo usan la fermentación en ausencia o escases de oxígeno (fermentación anaeróbica), que se realiza en el citosol. Pero en las células cancerígenas a pesar de haber oxigeno prefieren la fermentación que la oxidación (fermentación aeróbica o Efecto Warburg). El problema de la fermentación es que es un método ineficaz de obtener energía. La célula necesita consumir 250 veces más glucosa (y glutamina) para obtener el equivalente del método oxidativo, pero aportan ventajas anabólicas al proporcionar material anabólico en tejidos con alta proliferación como las neoplasias, es decir las células cancerígenas fermentan más por fines anabólicos para poder proliferar que por fines energético.
Esto es válido para todas las células cancerígenas sin importar el tipo de cáncer que uno pueda tener. Mientras más anaeróbica sea la célula cancerígena más agresiva es.
Lo mas interesante es que esta característica metabólica del cáncer para obtener energía también lo tienen algunas células sanas con alta capacidad proliferativa como las células de la medula ósea, las células inmunológicas y embrionarias. Hay mucha similitud en el metabolismo tumoral con el metabolismo gestacional.
Por otro lado la poca flexibilidad metabólica en obtener energía de las células cancerígenas limitada casi exclusivamente a la glucosa y glutamina a diferencia de las células sanas que tienen mayor flexibilidad energética de obtener energía también de ácidos grasos, cetonas y aminoácidos, convierte este factor metabólico en diana terapéutica de explotación. En donde una dieta baja en carbohidratos sería de gran utilidad, además que cortaría también el suministro de material anabólico que solo pueden obtenerlos de la glucosa y glutamina impidiendo así el crecimiento tumoral. Corregir la resistencia insulínica y tener valores de glucosa en sangre por debajo de los 90 es básico para intentar matar de hambre al cáncer. Al reducir la ingesta de carbohidratos se pretendería detener el crecimiento al negarle el suministro de material anabólico al tumor y también de hacerlo retroceder al negarle su principal fuente de energía.
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El crecimiento tumoral cancerígeno e incluso los benignos depende metabólicamente de un aminoácido llamado metionina.
La metionina es el aminoácido pro tumoral imprescindible para que las células tumorales sinteticen la nueva biomasa que sustenta su crecimiento. Los tumores requieren un aporte exógeno de metionina para poder crecer debido a que es el único nutriente esencial que no parece ser capas de reutilizar eficientemente en su microentorno por deficiencias enzimáticas, lo que no ocurre en una célula sana o tejidos no neoplásicos.
Las células cancerígenas en general tienen una adicción a la metionina (Efecto Hoffman). Estudios han demostrado que la restricción de metionina puede ser un arma importante para evitar el crecimiento tumoral. La metionina se convierte en el organismo en homocisteína por lo que un analices sanguíneo de este último y la restricción de la ingesta de metionina en la dieta sería de gran importancia en todo paciente con cáncer. Tomando en cuenta que más que la cantidad absoluta de metionina, la clave radica en el balance correcto de los aminoácidos metionina y glicina, porque la glicina es una especie de antídoto contra la toxicidad de la metionina. Debido a que la metionina es imprescindible para mantener la densidad ósea y la toxicidad de los linfocitos NK (linfocitos asesinos) entre otras funciones, no se puede restringir de manera absoluta.
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La deficiencia de colágeno de calidad por lo general es matriz en el origen del cáncer.
La degeneración elástica del tejido conectivo es típico en numerosas lesiones que al final se convierten en pre cancerígenas. La semejanza con un cierto grado de escorbuto y la presencia de lesiones cancerosas es zonas de colágeno poco saludable o elástico o fibrótico es muy común en los orígenes anatómico del cáncer.
El tejido neoplásico produce mucho colágeno para formar el estroma tumoral para su expansión, pero de poca calidad, denominado colágeno aberrante, fibrótico. Mientras más fibrótico sea el colágeno estromal tumoral más maligno es el tumor.
En conclusión, la deficiencia de un colágeno saludable facilitaría la aparición de una neoplasia que una vez establecida tendería a sintetizar un exceso de colágeno diferente al del tejido sano. Mejorar la calidad del colágeno de nuestro cuerpo debe de ser parte de la estrategia para prevenir y detener el avance tumoral. Por lo tanto la suplementación de vitamina C, colágeno hidrolizado o fuentes de colágeno parece ser concejos cuyos potenciales beneficios exceden con mucho a los supuestos daños.
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La angiogénesis aberrante y constante.
La angiogénesis (el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos) es fundamental durante el desarrollo fetal, pero ocurre mínimamente en adultos sanos. Las excepciones ocurren durante la cicatrización de heridas, la inflamación, después de un infarto de miocardio, en los órganos reproductores femeninos y en condiciones patológicas como el cáncer.
La angiogénesis es un proceso estrictamente controlado en el cuerpo humano adulto sano, un proceso regulado por promotores e inhibidores angiogénicos endógenos.
Los tumores sólidos no pueden crecer más allá del tamaño de la cabeza de un alfiler sin inducir la formación de nuevos vasos sanguíneos para suplir las necesidades nutricionales del tumor. Dado que la vascularización rápida y el crecimiento tumoral parecen ocurrir al mismo tiempo, interrumpir la formación de nuevos vasos sanguíneos es fundamental para superar la malignidad.
Varias sustancias naturales han demostrado propiedades anti angiogénicas, pero ninguno como este humilde aminoácido llamado glicina. La glicina es un aminoácido condicionalmente esencial ha demostrado su enorme ubicuidad terapéutico como hacer descender la glicemia y el etanol y facilitar la eliminación de la metionina. La glicina que es el aminoácido más abundante del colágeno y a la vez es un neurotransmisor ha demostrado en múltiples estudios inhibir la angiogénesis en diferentes tipos de tumores.
Otras sustancias como la curcumina, el té verde, la N-acetilcisteína (NAC), el resveratrol, el extracto de piel de semilla de uva y la vitamina D han demostrado en estudios preclínicos y clínicos tener propiedades anti angiogénicas.
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Los cánceres por lo general hacen Metástasis.
La metástasis es la invasión de células cancerígenas del tumor primaria hacia otros órganos distintos al del tumor de origen. Para aquello las células cancerosas metastásicas utilizan la adhesión para poder agruparse y formar colonias que puedan expandirse y crecer. Es poco probable que una sola célula cancerosa forme un tumor metastásico, al igual que es poco probable que una persona forme una comunidad próspera. Las células cancerosas utilizan moléculas de adhesión, como la galectina-3,para facilitar su capacidad de agruparse.
La adherencia de las células cancerígenas a las paredes de los vasos sanguíneos es un paso fundamental para el proceso de metástasis. Una célula cancerosa que no puede adherirse a la pared de los vasos sanguíneos continuará deambulando como “barcos sin puerto” por el torrente sanguíneo incapaz de formar metástasis y eventualmente, los glóbulos blancos que circulan en el torrente sanguíneo lo atacarán y destruirán con facilidad. Si las células cancerígenas se unen con éxito a la pared de los vasos sanguíneos y se abren paso a través de la membrana basal, utilizarán moléculas de adhesión de galectina-3 para adherirse al órgano y formar un nuevo cáncer metastásico.
Muy a menudo, la recurrencia metastásica es mucho más grave que el tumor original. De hecho, para muchos cánceres, es la recurrencia metastásica, y no el tumor primario, lo que finalmente mata al paciente.
Lamentablemente, la investigación ha demostrado que la cirugía del cáncer aumenta la adhesión de las células tumorales. Por lo que los tumores metastásicos son más frecuentes y letales en personas post operadas de cáncer que en los no operados.
Por lo tanto, inhibiendo la adhesión de las células cancerígenas evitaríamos la formación de nuevos tumores metastásicos y facilitaríamos que las células inmunológicas hagan su trabajo. Afortunadamente hay una sustancia natural modificada llamada pectina cítrica modificada (MCP) que puede hacer precisamente eso. La pectina cítrica, un tipo de fibra dietética, no se absorbe en el intestino. Sin embargo, la MCP se ha modificado para que pueda absorberse en la sangre y ejercer sus efectos anticancerígenos. El mecanismo por el cual MCP inhibe la adhesión de las células cancerosas es uniéndose a las moléculas de adhesión de la galectina-3 en la superficie de las células cancerosas, lo que evita que las células cancerosas se peguen y formen un grupo. La MCP también puede inhibir que las células tumorales circulantes se adhieran al revestimiento de los vasos sanguíneos.
Otro factor importante que contribuye a la metástasis del cáncer es la disfunción inmunológica; principalmente lo que ocurre inmediatamente después de un procedimiento quirúrgico, como la extirpación de un tumor primario. Específicamente, la cirugía suprime la cantidad de células inmunitarias especializadas llamadas células asesinas naturales (NK), que son un tipo de glóbulo blanco encargado de buscar y destruir las células cancerosas. De hecho, la reducción de la actividad de las células NK es un mejor predictor de supervivencia que la etapa real del cáncer.
Un compuesto natural el PSK ( polisacárido K unido a proteínas ), un extracto especialmente preparado del hongo Coriolus versicolor, ha demostrado mejorar la actividad de las células NK en múltiples estudios. El polisacárido-K (PSK) o Krestin, es un producto fúngico aprobado que se usa para tratar el cáncer en Japón. PSK es una fórmula farmacéutica que pertenece a la Kureha Corporación.
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Todo cáncer se inicia en un estado inflamatorio crónico.
La literatura científica ha demostrado que la inflamación juega un papel fundamental en la formación y progresión del cáncer. La inflamación crónica está estrechamente relacionada con la inducción de angiogénesis aberrante utilizada por las células cancerosas para facilitar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) en tumores. La inflamación crónica también esta relacionada con la acción de dos tipos de ácidos grasos que deben estar presente en los alimentos llamados ácidos grasos esenciales al no poder ser sintetizados en el organismo. Nos referimos al Acido linoleico (Omega 6) y al Acido linolénico (Omega 3). A través de estas grasas el organismo va formando otras de la misma familia, en donde a partir de algunos de los derivados de ambos ácidos grasos se crean unas sustancias llamadas eicosanoides que influyen en múltiples procesos bioquímicos uno de los cuales ejercen influencia inhibidora y/o potenciadora de la inflamación dependiendo del tipo de acido graso que procede.
Los eicosanoides son por lo tanto reguladores de la inflamación en donde de manera esquemática los derivados del omega 6 tienden a ser proinflamatorios, deprimen al sistema inmunológico, y aumentan la agregación plaquetaria, mientras que los derivados del omega 3, son antiinflamatorios, antiagregantes plaquetarios y moduladores de la respuesta defensiva inmunológica. Ambos tipos de omega son necesarios siempre en cuando estén equilibrados.
Debido a la alimentación moderna refinada y procesada el consumo de omega 6 es de 10 a 40 veces mas que la del consumo del omega 3. Por lo que se le considera a la alimentación moderna como proinflamatoria. El ratio ideal de omega 6 / omega 3 es de 1 a 4, pero en cáncer lo ideal es lo mas cercano a 1. Para aquello el aumento de consumo de fuentes naturales de omega 3 como el aceite de pescado y la restricción total de aceites refinados, que es la principal fuente insana de omega 6 seria de vital importancia en toda dieta anticáncer.
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Todo cáncer tiene células madres tumorales que lo inician.
Eventos muy frecuente en el cáncer son las recidivas y la metástasis, procesos que hacen que esta enfermedad tenga alta mortalidad. Esos eventos parecen ser producidos por células con características de células madres que representan tan solo no mas de 4% de la masa tumoral. Las células madres asociadas a estos eventos suelen ser especialmente resistentes a los tratamientos convencionales (radio y quimioterapia).
Por lo tanto debemos de diferenciar entre las células tumorales adultas que forman gran parte del tejido neoplásico tumoral vascularizado y las células madres tumorales que son los que inician el tumor, las recidivas y la metástasis. Esto nos obliga a estudiar el metabolismo de las células madres tumorales para determinar porque proliferan y se diferencian en tejido neoplásico. El gran problema esta que las células madres cancerígenas no difieren mucho de las células madres sanas, por lo que los objetivos terapéuticos sobre ella se complican.
Existe la hipótesis que por factores medioambientales agresivos las células madres sanas podrían dar origen a las células madres cancerígenas. Y aquí viene la gran importancia de una desintoxicación profunda del organismo a todo nivel para asegurar un entorno amigable a las células sanas y hostil para las células cancerígenas, acompañado de antioxidantes que han demostrado detener a las células madres cancerígenas como la curcumina entre otras.
En conclusiones las células cancerígenas se comportan como si hubiera una hipoxia tisular, adquiriendo características embrionarias y proliferan tan rápido que no pueden construir suficientes vasos sanguíneos para llevar oxigeno al tumor terminando en una verdadera hipoxia, más fermentación, más angiogénesis y proliferación, en un círculo vicioso sin fin en el que el organismo cree estar alimentando a un embrión cuando en realidad está asegurando su propia autodestrucción.
Todos estos datos certifican la necesidad de atender al organismo en primer lugar, y que un enfermo de cáncer no es tan solo una acumulación de células neoplásicas reunidas en forma local.
La alimentación en pacientes con cáncer muy subestimado en el tratamiento convencional es de suma importancia para vencer esta condición de salud.
En toda dieta anticáncer de cualquier naturaleza, vegetariana o no, cetogenica o no, mediterránea o no, carnívora o no, la ratio glicina/metionina y la ratio omega 6/omega 3, son de suma importancia. La proporción de estos aminoácidos y ácidos grasos esenciales es fundamental para impedir el crecimiento, la angiogénesis tumoral y controlar la inflamación. Esos dos aminoácidos y dos ácidos grasos son los mayores culpables de si una dieta contra el cáncer funcione o no.
Es de vital importancia para los pacientes sin tratamiento convencional tomen en cuenta estas dianas terapéuticas para optimizar todo tratamiento anticancerígeno. En los pacientes recién diagnosticados el objetivo es erradicar el tumor primario y las células metastásicas con una “terapia de primer ataque” de múltiples frentes para que las células tumorales residuales no tengan la oportunidad de desarrollar mecanismos de supervivencia que las hagan resistentes a tratamientos posteriores. Omitir estas características puede proporcionar una oportunidad para que las células cancerosas residuales muten de una manera que las hace muy difíciles de tratar por segunda vez.